Te pones así delante del espejo y dices: “¡Vaya cuerpo serrano!“ Te ríes y quedas nueva.
Ayuda a aceptarnos como somos, con nuestras propiasemociones por muy inadecuadas que parezcan.
Proporciona más fortaleza para afrontar los contratiempos, los fracasos y las dificultades al tomarlas como retos.
Facilita el reír con frecuencia, lo que previene la depresión y ayuda a superar los momentos de bajo ánimo.
Diluye la cólera, porque no podemos enfadarnos -nuestro cerebro produce adrenalina y cortisol- y reír al tiempo, - segregar catacolaminas y endorfinas-, como no podemos en un coche poner la primera y la marcha atrás a la vez. La máquina de nuestro cerebro no nos lo permite.